Asegurarte de que tu texto sea completamente comprensible y así poder transmitir de manera efectiva tu mensaje. Esto implica corregir el estilo, eliminando muletillas, repeticiones y otras manías, sin alterar en absoluto tu voz como autor.

Garantizar que desaparezcan todas las faltas y errores lingüísticos, ajustándose a las últimas normas establecidas por la Real Academia Española (RAE) en cuanto a la corrección ortográfica.

Verificar que la sintaxis y la semántica estén cuidadosamente construidas, evitando solapamientos de palabras, omisiones de letras, errores en la grafía de las palabras, o cualquier otro problema tipográfico. Todo esto se hará con la finalidad de mejorar la legibilidad del texto, sin dejar de lado tus preferencias y estilo. Además, se proporcionarán comentarios explicativos sobre los cambios realizados y sugerencias para mejorar aún más el manuscrito.